lunes, 18 de junio de 2012

guess who's back?

Si estas fueran mis últimas líneas seguramente jamás captarían la atención necesaria de ABSOLUTAMENTE NADIE, pero como eso me importa casi tanto como me importa las veces que va al baño mi vecina, prosigo. Hace unas horas, cuando aún era 15 de junio, determiné que esos bichos internos que se están comiendo la piel de la palma de mis manos y la planta de mis pies eran nada más y nada menos que alergia a un medicamento llamado Diclofenaco. Posteriormente me dirigí hacia mi cama con la ilusión de dormir y amanecer con nuevas esperanzas de vida pues ya había descubierto el origen de mi mal cutáneo… PERO NO… me encuentro 5 horas después, aquí sentada en mi cama, con los ojos rojos cual cevichera que pasó pica que pica y las malditas hormigas de mis manos y pies están acabando con mi paciencia. 

Muchos dirán que morí de lepra, otros dirán que morí de sarampión pero sólo yo sé que moriré de una terrible invasión de hormigas que implantaron los extraterrestres anoche mientras dormía y tenía un sueño húmedo con Valentino Lanús.

Para mientras se acerca el momento de mi muerte o mi teletransportación hacia una galaxia muy muy lejana, los pondré al día con un par de situaciones de mi vida que no les interesan pero no sirve el control de mi tele y el modem de internet está muy lejos como para hacer expedición a buscarlo en este preciso instante… 

Como les decía, mi vida hasta ahora muy bien usté, regresé renovada de mi viaje aquel que les conté que iba a hacer y si no se los conté es porque tengo miedo a la extorsión así que hagan caso omiso a este mensaje, por cuestiones del subibaja laboral quedé sin empleo, situación un tanto penosa pero yo no me apeno porque no tengo ischocos por mantener ni marido que jure amarme pero que se rasque la panza mientras yo trabajo y lo mantengo con el sudor de mi frente.

 Hablando de maridos, por otras vueltas de la vida (sí, esas vueltas controladas por extraterrestres) estoy sola otra vez, no les niego que alguien intentó ingresar en mi mundo, pero con eso de que mi mente está controlada por fuerzas alienígenas como que estuvo algo difícil y mejor le aconsejo que se vaya con alguien cuya mente sea netamente terráquea.

 ¿Familia? Ahí están también fíjese seño, ya sabe como son los patojos que rapidito crecen y con ellos crecen las canas y las chiches empiezan a colgar, dizque para que cuando uno cuelga a los wiros en la espalda las tetas les alcancen el hocico… creo que ese fue otro mensaje que los extraterrestres querían que dijera. El punto es que mi familia está bonita, chula, puro bueno calidá, de ellos no me puedo quejar porque me leen y para qué les cuento.

 Posterior a esta introducción empieza mi ensayo respecto a la economía mundial en tiempos de cáncer de Chávez en Venezuela…



Va pues, me pican las extremidades así que no voy a poder poner nada sobre eso, solo puedo decir que él dice que fueron los gringos, yo sé que fueron los mismos extraterrestres que me controlan a mi…




Dicha esa cantidad industrial de sinsentidos paso al siguiente tema, ejem ejem… el amor a los 20’s… awwwwwwwwwwwwwwwww PUES NO.

Podría hablarles de mi experiencia personal pero eso implicaría leer 34 páginas de silencios incómodos, así que decidí hablar de todas las experiencias que he oído, visto y tal vez vivido… pero obviamente como buena amiga que soy no voy a soltar todo el atol de un solo…

Empecemos por el principio, flojitas y cooperando.  En nuestros tiempos adolescentes tanto hombres como mujeres tenemos algo en común, algo que nos embrutece y genera una lucha épica entre lo que nuestros padres nos enseñaron y las miles de situaciones amenazadoras en el mundo.  Ese algo que nos ciega y nos empieza a corroer por dentro, ese algo llamado ALBOROTE HORMONAL [ingresar música tenebrosa aquí]…

Sí, todo estaba bien hasta que él me volteó a ver, todo iba de maravilla hasta que a ella le crecieron las boobies mientras corría en educación física, todo iba de maravilla, hasta que  vino el acabose.  En ese preciso instante dejamos de ser medianamente racionales y somos guíados por ese instinto asesino de supervivencia (oximorrón…). Todo pierde sentido y lo único que guía nuestras acciones es el deseo, de ahí que se creen esos juegos diabólicos como el de la botellita o encerrar a dos pubertos, sí MALDITOS PUBERTOS en un baño, aula, closet, lo que sea, con tal de compartir genes que todavía saben a leche…


Ya saben, besos en los lockers, besos en los kioskos de las colonias, besos en los buses escolares, besos en la iglesia… nada que “papelitos por debajo de la butaca” todo es una Sodoma y Gomorra clandestina.  Unos empezamos más tarde que otros pero la mayoría logramos ponernos al día en algún punto.
De pronto algo terrible pasa,  no todo es solamente hormonal y nuestra condición humana (o las normas sociales) empiezan a hacer eco en algún lugar de nuestro cerebro, la necesidad de estabilizarnos nos lleva a buscar relaciones monógamas y empezamos a exclamar frases al mejor estilo de Hollywood “es que tú sos pero bien rara, pero eso hace que me vuelva más loco por ti” (denme un segundo, me voy a llorar un momento a una esquina para recordar esos dorados tiempos y rascarme las extremidades).

Ya volví de rascarme el giote, y ya me ganó el sueño… Pero no respiren en paz aún, porque I’ll be back…

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. y no le ha preguntado "su merce" a los dichosos alienigenas de que constelacion y plano dimensional son originarios...

    ResponderEliminar
  3. Lamentablemente no he logrado tener comunicación con esos alienígenas, al parecer solo manejan la forma en que actúo pero nada más... es algo frustrante...
    pero gracias por la preocupación jajajaja

    ResponderEliminar