amodio

Al emprender la búsqueda necesaria, o por lo menos la que creí más practica, del tema que deseo tratar el día de hoy me encontré con una sorpresa (bueno ni tan sorpresa) y es que para poder hablar del AMODIO tenía primero que definir que es amor y que es odio. Ya me volví a perder, esa no fue la sorpresa, la sorpresa fue que el diccionario brinda más de 5 definiciones para el término amor y solamente una para el término odio:

AMOR
1. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
2. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
3. Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.
4. Tendencia a la unión sexual

(ACA COLOQUÉ SOLAMENTE MIS 4 FAVORITAS)

ODIO
1. Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea.

Sea cual sea el significado se puede ver que ambas son diametralmente opuestas, sin embargo las dos son, como se suele decir, “cuernos de una misma cabra” o vaca o toro o si quieren del demonio, que al fin y al cabo se trata de algún ente con cachos ñaca ñaca. Y si se dice eso es porque es cierto ya que también “del amor al odio hay un solo paso” o ¿era al reves? Entonces es aquí cuando se vuelve un chirmol otra vez, y es que no es raro terminar amando a ese ente malnacido al que le queríamos sacar los ojos cada vez que nos decía “hola fosforito” pero tampoco es raro querer meterle una aguja capotera en la yugular a ese engendro divino con sonrisa de niño y mirada cautivadora que en algún momento de la vida nos hacía sonreír con frases como “si vos querés conmigo y yo quiero con vos, qué más querés?”.

QUÉ MÁS QUERES!!! “Yo quería amor”, “yo quería que dejara a la novia”, “yo quería que no se hubiera agarrado a esa cholera”, “yo quería que respetara a mi chucha”, “yo quería…” pero si ni con señales de humo ni palabras entendió y con esa mirada se ganó el odio, es entonces cuando el guacamol mental empieza a colapsar. No importa si primero vino el odio o el amor, o la gallina o el huevo, en estas relaciones al final del día los dos sentimientos tienen que convivir en nuestro hipotálamo (y para los más rshomanticos, en nuestro corazón).

Mi papi que es (a mi leal saber y entender) un erudito en la materia del lenguaje (y en muchas otras también) ha escrito en varias oportunidades a miembros de la RAE con la inquietud de ¿por qué no existen las palabras intermedias? “amodio” (amor y odio a la vez) “tarche” (cuando, por ejemplo, en Guate es de tarde y en Europa es de noche y sostenes una conversación con alguien del otro lado del charco) y así sucesivamente, talvez suene loca y extraña la idea y quizá la conclusión sea la misma que un mi profe de la U da sobre como deberían elaborarse las leyes en nuestra sociedad “en base a la costumbre” y así como Chat, Mouse e Internet ya son palabras aprobadas por la RAE debido a su uso constante, así también debería convertirse en un futuro el AMODIO y talvez la TARCHE. ¿Cómo lograrlo? Pues yo ya la uso en mi vida diaria y en mi casa ya es palabra común lero lero (ay si! Cuan dichosa soy al poder expresar ese término jaja).

Mientras la yugular del sujeto odiado espera ansiosa ser atravesada por la aguja capotera, nos vemos incapacitados a realizar un acto infame a ese ser que cuando menos lo esperamos nos da una palabra de aliento, o que simplemente comparte su aliento con uno por milésimas de segundo y olvidamos la verdadera razón por la que lo odiamos en un principio.

Que si a veces nos da negro, a veces nos da blanco, que si nos da chicha que si nos da limonada, que si no sabemos si podemos o no vivir sin el mencionado ente, pero que en esos raros momentos de lucidez terminamos dándole calificativos como: prostituta, maldito, mierda, pedazo de imbecil, trepador, cerota, bla bla bla bla bla (sabiendo que no siempre es un ente del sexo opuesto)

Y ya se han escrito canciones de esto “I hate you but I love you… I can’t stop thinking of you” o talvez “Ay como odio amarte” frases así también se pueden ver fácilmente en el mundo de la poesía o del diario vivir “es que no se que me pasa yo se que lo tengo que enterrar y odiarlo para siempre y por siempre por todo lo que me ha hecho… pero es que cuando me mira así me derrito y me voy por las reposaderas como agua de lluvia de país contaminado”.

Lo contrario del amor no es el odio, es la indiferencia (Ouh! Homero Simpson style) eso pensé una de esas noches en las que se manifiesta mi soltería y mi no tan usual apatía hacía la sociedad. Con el paso del tiempo masticaba mi propia idea hasta que un día la tragué: lo dijo Fraiser en su serie (jajajaja…perdón por mis fuentes se que muchos preferirían libros pero la tele y la cultura pop son el hit! ) y ahí me di cuenta que yo tenía razón, digo, si lo decía un culto psicólogo ficticio con un programa de radio ficticio en un mundo ficticio pero que era un fan ficticio de Freud, algo de cierto ha de haber en esa teoría.

Que bolas me estoy haciendo por Dios! Si tan fácil que es definir esas personas que no podemos ver pero ni en pintura, y tan fácil que es definir que amamos a (bueno, talvez no es tan fácil en mi caso meramente personal usté, porque fíjese que yo como que por lo general va? como que me voy por las ramas y cuando ya estoy colgada me dejan por gordas, feas, anoréxicas, tontas, solofotogenicas, o por la sencilla razón de que son putos… SHOOOOOO talvez yo soy la de la culpa, pero como yo soy yo y yo me amo mucho nunca voy a decir que yo soy la que anda con los mejores tennis para correr en cuanto a sentimientos se refiere… o la realidad es que no me fijo en sujetos lo suficientemente buenos para mi o quizá, o talvez, o quien sabe, o perhaps perhaps perhaps… perdón jajaja) lo que va entre paréntesis no es importante.

Ahhhhhhh… donde iba? Ya lo olvidé, me ahogue en mis propios pensamientos y para eso no existe salvavidas…. Y si mezclamos sentimientos más y más nos hundimos hasta que tocamos fondo y los salvavidas vienen finalmente con un tanque de oxigeno que dice “realidad”…

La realidad del amodio? Existe, no se si se puede evitar porque yo lo siento usualmente y es la constante negación ante el odio que se siente a la persona que amamos o el escape ligero que se siente al odiar a la persona que “deberíamos” amar. Si hombre, y después le salen a uno con tres tristes tigres tragan trigo en un trigal… y nos hacemos más bolas. Porque muchas veces no es que no amemos, es que odiamos tanto a alguien que nos impide amarlo al 100% y muchas otras no es que no los odiemos es que es esa sensación de azúcar o de “todo estuvo bien durante esa noche” la que nos impide sentir ese deseo de asesinar a alguien.

La solución para el amodio? -Ay mire doc corazón si usted encuentra una solución mandemela porque fíjese que ya a estas alturas de la vida eso de tener agua y aceite conviviendo en el mismo recipiente parece no ser muy sano-. O como decía una amiga de los básicos vaa? Jaja “Dios ilumínalos o elimínalos” o que los ilumine para que ya no los odie! O elimínalos para que ya no me CHINGUEN!

See ya!

* Nota al pie, o al tobillo o al corazón: Nohmbre! Es que tampoco lo quiero eliminar porque pues, no es del todo malo pues, tu sabes Dios que no le hace tanto mal a la sociedad y aunque sea un malnacido con ínfulas de grandeza supongo que eliminarlo no se puede aunque en el fondo eso es lo que quiero!!! ;-) (waaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhh jajaja)